Buena parte de las 70 mil hectáreas arrasadas por el fuego son viñedos. Al 31 de julio se exportó más de U$S 152 millones en botellas.
Fue una de las noticias de la semana, por el impacto de la catástrofe en vidas humanas y desde lo económico, tratándose de Estados Unidos y de su principal polo vitivinícola. Más de 70 mil hectáreas ardieron, con evacuaciones de habitantes en las localidades californianas de Sonoma y Napa, donde gran parte de la superficie con viñedos fue arrasada.
Uno de los distritos afectados, junto a Santa Rosa y Mendocino, es Calistoga, una ciudad de 5.300 habitantes, conocida por las degustaciones de vinos y las aguas termales, que quedó convertida casi en una ciudad fantasma por los daños y las evacuaciones.
La situación es considerada la más grave que haya afectado a la región vitivinícola estadounidense en su historia. En un día, a pesar del esfuerzo de los bomberos, el viento hizo que los focos pasaran de 17 a 22, con más de 686 kilómetros cuadrados consumidos en 3 días.
“Es muy pronto como para hacer una evaluación de cómo incidirá en las exportaciones”, anticipó Fernando Urdaniz, gerente de Promendoza. Sin embargo, las ventas muestran lo que significa Estados Unidos para las ventas de vino fraccionado mendocino, y permiten proyectar si las pérdidas para la industria vitivinícola estadounidense pueden traducirse en una demanda agregada que la provincia puede aprovechar.
Según datos de Aduanas, al 31 de julio se vendieron 40,4 millones de litros en botella, por un total de U$S 152,3 millones de litros. En una semana hubo un repunte interesante, ya que una semana antes se habían despachado 32,1 millones de litros con una facturación de U$S 135,6 millones.
Pernod Ricard, uno de los grandes grupos vitivinícolas del mundo, opera en ambos países. Víctor Marcantoni, responsable en Mendoza de la firma que también tiene presencia en San Juan y Salta, está a la expectativa de reportes de Mumm y Kenwood, las 2 filiales estadounidenses.
Según Marcantoni, “aunque en principio no hubo daños operativos, hay que precisar daños teniendo en cuenta que la cosecha venía bien, sin grandes anormalidades, a diferencia de Europa, donde los tres principales países productores prevén una caída del 20%”.
Por ahora, desde Bodegas de Argentina toman con pinzas un escenario de mayor demanda por las pérdidas.
“Siendo nuestro principal mercado sorprende la imprevisibilidad. Sin embargo, no creo que situaciones como éstas modifiquen demasiado las ventas; la limitación para crecer es la falta de competitividad”, señaló el gerente de la entidad, Juan Carlos Pina.