Mientras el desempleo crece, los paros traducen el descontento social y la reconversión laboral se impone en el planeta, la provincia tiene en el desarrollo y exportación de productos y servicios informáticos una formidable vía de crecimiento. Dólar en alza mediante, la industria local del software exporta cada vez más y el 2019 se vislumbra aún mejor. Generar más trabajo y conocimiento no es imposible, incluso en un país cooptado por la crisis.
Pocos, muy pocos, son los que en medio de la inquietante crisis tienen la certeza de ver la luz al final del túnel. Uno de esos esclarecidos es la industria del software argentino, al que la subida del dólar (116% en lo que va del 2018) favorece en especial porque mejora sustancialmente la competitividad de las empresas nacionales en el contexto de los mercados internacionales.
En este escenario, Mendoza tiene una gran posibilidad ya que en la actualidad hay unas 40 empresas registradas que exportan productos o servicios informáticos. Según datos de ProMendoza, juntas alcanzan una facturación promedio anual de U$S 80 millones, pero verde en alza mediante la perspectiva es superar en 2019 los U$S 100 millones. Para Rodolfo Giro, referente del sector de Conocimiento y Software de la Federación Económica de Mendoza, el crecimiento de esta industria el año próximo podría ser del 25 al 30%.
Antes y después de los números están los trabajadores porque a su vez estamos hablando de un mercado laboral ciertamente tentador, acorde con el perfil tecnológico de muchos «nativos digitales». Las empresas mendocinas no sólo están incorporando nuevos talentos sino que se encargan de potenciarlos y abrirles la puerta a un mundo que no reconoce límites. Y aquellas que todavía no ven la tranquilizadora luz, no les queda otra que hacer foco antes de estamparse contra los bolardos de la realidad.
Una cantera de empleos
La reconversión del mercado laboral a escala planetaria también impacta a la vera del Aconcagua. Son muchos los mendocinos que eligen una carrera técnica o bien que buscan desarrollarse en un territorio vinculado a desarrollos que requieren de un imprescindible uso de la informática. Hacía esas comarcas vira el rumbo del empleo, aún en un país en crisis como el nuestro. Sin embargo, no alcanza. Los referentes del mundo TIC coinciden en que el sector no termina de despegar del todo es por la falta de mano de obra calificada. Se corre el riesgo, incluso, de no poder satisfacer el aumento de la demanda que determina la mejora del tipo de cambio.
Que haya tamaña cantera de empleos contrasta con un panorama laboral por demás complicado. El reciente informe del Indec sobre el mercado del trabajo en el país arrojó números preocupantes: la desocupación creció al 9,6% y 6 de cada 10 de esos desocupados son menores de 30 años.
Más que oportuno entonces que la Universidad Nacional de Cuyo concrete una nueva edición de la Expo de Orientación Laboral y Empleo (mañana y pasado en el Centro de Congresos y Exposiciones), brújula indispensable para acotar la brecha de la oferta y la demanda en el rubro informático. Participarán allí 24 organizaciones públicas, empresas privadas y consultoras con la consigna de orientar en los desafíos laborales y los perfiles que se requieren en las búsquedas de empleo.
Made in Argentina
Mendoza tiene el campo tecnológico una de sus mayores posibilidades de crecimiento, por ende requiere de esa mano de obra capacitada que cuesta tanto conseguir. El Parque TIC, ubicado en Godoy Cruz y puesto en marcha en 2017, es una riquísima usina de empleos y producción, donde lo público y lo privado se potencian para sintonizar con los tiempos que corren. Estos traen, de tanto en tanto, algunas buenas señales.
Con el antecedente de que el año pasado se produjo el récord histórico de exportaciones de software made in Argentina, con una facturación de casi U$S 1.700 millones (80 millones fueron aportados por firmas mendocinas), este 2018 se espera alcanzar los U$S 2.100 millones, de acuerdo con un análisis realizado por la Cámara de la Industria Argentina del Software. Los principales mercados son Estados Unidos, México, Chile y Latinoamérica en general.
Apostar a una matriz productiva que incluya a la tecnología ya no es una utopía. Eso sí, requiere de empresarios y funcionarios públicos que estén a la altura del desafío, lejos de cualquier tipo de cuadernos y muy cerca de donde se gestan las buenas ideas. Esas que generen trabajo y crecimiento para atravesar un túnel que hoy parece interminable.