Esta apertura al mundo significa mayores oportunidades para los empresarios locales, pero surge el temor de perder espacios ya conquistados.
Después de más de 20 años de negociaciones sin resultados positivos, el Mercosur y la Unión Europea alcanzaron un acuerdo comercial para trabajar entre los dos bloques.
Ahora deberán negociarse las posiciones arancelarias para saber cómo impactará en las economías de los dos bloques, y a nivel local, en la de los exportadores mendocinos que todavía reclaman por el fin de las retenciones y aumentos en los reintegros, como una forma de equiparar las asimetrías entre regiones.
En principio, la noticia causó aceptación entre los productores y empresarios locales, pero persisten temores sobre las condiciones en las que se competirá con los europeos. Pese a que el tipo de cambio en alza hizo que muchos productores vieran nuevamente la conveniencia de exportar, el gravamen que se les impuso, en $ 4 o $ 3 por cada dólar exportado (según sea actividad primaria o producto industrializado), les restó competitividad y entienden que Chile o España (dos de los principales competidores) seguirán teniendo mayores opciones de encontrar mercados. Por lo tanto, la quita de las retenciones tal como “prometió” el gobierno nacional en 2020 deberá convertirse en un hecho.
De Brasil al resto del mundo
De todas maneras, se espera que el acuerdo sea recíproco, es decir que la apertura de Argentina traiga consigo oportunidades en mercados a los que hoy resulta difícil, o costoso, acceder. En cuanto a esto, Mario Lázzaro, gerente de ProMendoza estimó un escenario con dos puntos claves: inversiones y mayor inserción para Mendoza.
El funcionario consideró que los europeos podrían verse interesados en la provincia. Y el segundo impacto y el más importante, tiene que ver con las posibilidades que se abren para los productos locales. Según Lázzaro, en materia vitivinícola Argentina puede sostener con estructura y estrategia ese nivel de exportación, más allá de la competencia.
“Cuando analizamos las importaciones de vino a granel, el gran importador es Europa, entre Alemania (850 millones de dólares), Francia (560 millones de dólares), y el Reino Unido (530 millones de dólares), y los Países Bajos (200 millones de dólares), estamos redondeando los 2.300 millones de litros que importa la Unión Europea de vino a granel. Sin los altos aranceles que pagan los mendocinos, esto significaría una oportunidad real”, apuntó.
En cuanto a los vinos embotellados, la amenaza nuevamente podría darse en una sustitución de importaciones en el mercado brasileño al que exportamos 51,2 millones de dólares. “Pero actualmente, estamos vendiendo a la Unión Europea 148,5 millones de dólares, con aranceles altos a Reino Unido y Alemania, sin esos aranceles, podemos aumentar la penetración”, agregó el titular de ProMendoza.
Además del vino, Mendoza exporta, entre otros productos, ciruela deshidratada, pulpas de frutas, nueces, mosto concentrado y ajo a la Unión Europea, y para esos productos también habría oportunidades sin las presiones arancelarias.
“No vamos a soslayar que existe una amenaza con respecto al ajo, es un producto importante por el que trabajamos y luchamos para que Brasil pueda continuar con el antidumping para China que logra excedentes de 1,5 millones de toneladas. Por otro lado, el segundo exportador y el que podría competir con Argentina es España con entre 250 mil y 260 mil toneladas, pero trabaja en contraestación”, señaló Lázaro.
Los empresarios exportadores
Así como lo señaló Lázaro, desde la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen) explicaron que España le vende ajo a Brasil, y para evitar que se convierta en una competidora que deje afuera a la producción mendocina, se le impusieron aranceles del 35%, que estiman no serán tocados.
“Hoy por hoy el ingreso de ajo europeo a Brasil no tiene restricciones ni cupos, lo único que tiene es ese arancel y entendemos que no se va a tocar porque Brasil va a seguir defendiendo la producción local”, explicó el presidente de la Asociación Ariel Zucarelli y señaló que de ser así, más la posibilidad de que se les amplíe el cupo para ingresar al mercado europeo, el saldo del acuerdo sería positivo.
Igualmente, Oscar Morbidelli, presidente de la Asociación Argentina de Ciruela para Industria, destacó las posibilidades que surgirían del acuerdo, como una oportunidad de ingresar a los “mercados A”, o a los principales mercados del mundo.
El empresario señaló que para estar a la altura de los competidores mundialeshará falta trabajar de forma coordinada entre todos los actores de la industria (unidos en el cluster de la ciruela). “Estamos trabajando porque el acuerdo traerá nuevas obligaciones y cada empresario por su cuenta no podrá solventarlas”, señaló.
No obstante, lamentó la vuelta de las retenciones, y reclamó que siendo un producto industrializado la ciruela deba pagar el mismo arancel que pagan las exportaciones de soja ($4 por cada dólar). “Si no se resuelven temas como ese, no vamos a poder ser competitivos. Chile, por ejemplo, tiene arancel 0 y acá se reclama lo mismo pero se nos impone un gravamen por importar, es una contradicción”, apuntó.
Otro de los sectores que se vería afectado o, por el contrario, podría recibir beneficios del acuerdo es el de la metalmecánica, por ello Julio Totero vicepresidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asinmet), explicó que desde hace tiempo que “ven con preocupación el acuerdo de libre comercio”; “por más que sean progresivos en el tiempo, hoy tenemos desventajas competitivas muy fuertes frente a Europa. En estas condiciones, y para un sector de bienes de capital como es el metalúrgico lo puede pulverizar el hecho de dejar entrar productos de afuera”, señaló. Aclaró que “no defienden el proteccionismo”, sino que se requiere de un Estado competitivo para que los empresarios tengan acceso al crédito, a la asistencia tecnológica y a los niveles de previsión (baja tasa inflacionaria) que tienen los europeos. De esa forma, junto con la quita de aranceles, la competencia se daría en términos de igualdad.
Sector olivícola: ante la amenaza española
Los productores locales del sector olivícola reclamaban durante la última década una mayor apertura al mundo, considerando que “traería mayores oportunidades”, no obstante las posibilidades de competir en desventaja serían aún mayores que en el resto de las actividades mendocinas.
“La apertura a la economía es buena, pero no estamos de acuerdo si no se hace en términos de igualdad, porque las asimetrías son pronunciadas”, señaló Mario Bustos Carra gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen) e insistió en que “una mala negociación puede significar la destrucción del sector”.
Según explicó el funcionario sus pares de Europa y, sobre todo el español, son los que mayor porcentaje de subsidio reciben. “Si negociamos de forma equivocada le vamos a abrir aún más el mercado brasileño. Eso nos excluiría de ese mercado y otros”, señaló.
Para el empresario se necesitaría previsión económica y el fin de las retenciones, más el aumento de los reintegros para igualar las condiciones con España. “Con modificaciones bruscas en las reglas del juego (inflación y vuelta de las retenciones), es muy difícil sentarse a competir en mercados internacionales, no solo en acuerdos marco, sino en la comercialización en general”, apuntó.
Por su parte, el empresario Rodolfo Vargas Arizu, consideró que finalmente se cerró un acuerdo reclamando. “Lo que ha beneficiado a Chile ha sido tener gran cantidad de tratados de libre comercio, y por el contrario, desde 2003 nos cerramos al mundo. Ahora regresamos, era el reclamo de la industria”, señaló. “
No salen barcos vacíos en ninguna parte del mundo, para vender hay que comprar y tratar de que la balanza sea positiva para el país”, agregó Vargas Arizu.